Los efectos saludables del ajo (Allium sativum) se conocen desde la antigüedad, siendo calificado de “divino” por los egipcios y muy apreciado por los griegos. No sólo por su uso culinario, sino también por sus efectos saludables. Se sabe que los monjes medievales masticaban dientes de ajo para protegerse de la peste y durante las grandes guerras mundiales del siglo XX, debido a la falta de antibióticos, también se utilizó para evitar que las heridas se infectaran.
Tradicionalmente se ha utilizado para reducir la tensión arterial y los problemas de arteriosclerosis, así como antibiótico y antifúngico. Aporta beneficios contra el exceso de colesterol y triglicéridos.
Es conocido por todos, y temido por algunos, por su olor característico cuando se ingiere. Esto se debe a la concentración de antioxidantes ricos en azufre, como la aliína. Éstos son en parte responsables de su efecto beneficioso para el organismo. Una de las ventajas de consumirlo en cápsulas es que se puede evitar el olor sin comprometer sus propiedades beneficiosas.
Sus principales componentes son el agua, los hidratos de carbono (24,3%) y la fibra (1,2%). En menor medida, contiene proteínas (5,3%), grasas (0,23%) y minerales como zinc (1,1 mg/100 g), fósforo (134 mg), calcio (17,8 mg), hierro (1,2 mg), y algunas vitaminas, principalmente vitamina C (14 mg), en menor medida vitaminas B1 (0,16 mg) y B2 (0,02 mg) y un toque de vitamina A.
Modo de empleo
1 cápsula de ajo al día, sin masticar, antes de las comidas.
Presentación
Frasco con 60 cápsulas de 1000 mg.
Precauciones
No sustituye a una dieta variada y sana.
No es un medicamento ni un sustituto del tratamiento habitual.
Consulte a su médico si toma anticoagulantes o padece hiperacidez o gastritis.
Peso | 41 g |
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